La mirada sobre la cerveza ha sido desde los comienzos de la publicidad una mirada muy masculina y masculinizante; los anuncios solían ir a la par con una visión en la que las mujeres sólo tenían sitio, en el mejor de los casos, como camareras o amas de casa felices de servir frescos botellines a unos maridos muy trabajadores y muy cansados; en el peor, allí estaban como reclamo sexual ni siquiera disimulado, véase el ejemplo de la publicidad de Brahma.
El mensaje era claro: compra la cerveza para tu marido, para tus hijos, para todo varón que tengas en tu vida, porque ellos la disfrutarán, pero no la compres para ti porque este producto no va contigo. Durante décadas, en consecuencia de este planteamiento, las mujeres se han visto alejadas de una bebida en cuyas historia sin embargo, lo hemos aprendido en artículos anteriores, constituyen una presencia fundamental.
¿Puede ser esta una de las razones por las que las mujeres tradicionalmente veníamos consumiendo menos cerveza que los hombres?
Volviendo a las publicidades, el mandamiento “el sexo vende” parece estar de capa caída, por fin, dejando más espacio a la creatividad y abriéndose las agencias a las consumidoras como target publicitario en sí mismas y no como cliente secundario.
Esto se resuelve en anuncios que quieren acabar con el estereotipo machista de la tía buena en bikini sorbiendo un buen trago de cerveza espumosa; para dejar paso a imágenes más neutras, en las que los referentes son comunes a ambos sexos (horizontes lejanos, grupos mixtos de consumidores, situaciones más realistas y cercanas a la sociedad actual), o incluso buscan explícitamente remediar los errores del enfoque anterior - anticuado - con publicidades que se colocan sin reparo del lado de las bebedoras de cerveza.
Un buen ejemplo de ello sería la marca brasileña Skol, cuyo pasado (reciente, no crean) es marcadamente sexista, y que a día de hoy lidera la propuesta de renovar el discurso publicitario, tras haber encargado a una decena de diseñadoras implicadas en las reivindicaciones feministas la revisión de sus viejos anuncios.